27 febrero 2006

Esta mañana de lunes varias cosas han sido diferentes. La más importante, claro, he despertado acompañada en mi cama. Anoche no dormí sola. Mi amor se quedó conmigo en casa. El lecho estaba más caliente...um. Y cuando se ha ido (se ha levantado antes que yo), lo ha dejado helado.
Qué grande es dormir acompañado!!! Es algo de lo que no me cansaré cuando vivamos juntos. Ya sé, vale, a veces le robo las sábanas, le arrincono inconscientemente y también tiene que aguantar mis ruiditos mocosos y mis toses. Anoche, recuerdo, como quien no quiere la cosa, que me dio un ataque de tos (hay que dejar de fumar y no porque lo diga el gobierno) y ahí estaba él, con botella de agua en mano, en mitad de la penumbra... "toma, agüita". Son detalles impagables, que no suceden en soledad...
Mientras me vestía... tranquilidad. Nada de estrés. Y sol, tras el día lluvioso de ayer. Mi madre está en el apartamento. Este mediodía cuando llegue a casa, comeré solita. Otra novedad.
Régimen. Dios! Qué palabra tan horrible... régimen. Ya he empezado. Me quiero librar de 4 kilitos. Al menos esta mañana no tenía hambre. Pero claro, llego al despacho y recuerdo que tengo en la nevera un pedazo de foie del bueno, regalo por mi cumpleaños la semana pasada. Uff, no lo resistiré. Es un bocado orgásmico!! Me lo reservo para esta semana de estragos.

Foto de Jan Mensik - Roze bol



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