Oro dulce

Un sueño: ver el mundo dulce como el chocolate. Cuando estuve en Benabarre, Aragón, mi madre me pidió por teléfono que le trajera chocolate de la zona. Nos encontramos con un pueblo tranquilo, soleado pero ventoso. Javi acabó de encubar un buen resfriado! Pero valió la pena. Nos encontramos con una tienda preciosa, sacada de un cuento para golosos como yo. Degustamos algunas delicias en el mostrador. Compramos un par de tabletas de chocolate negro para las mamis y una bolsita de barritas de chocolate con frutas. No pude evitar hacer fotos. Orgasmo tras orgasmo. Mi paladar era una fiesta. Ojalá el mundo siempre se presentara así, de fiesta dulzona y sencilla, pueblo amable y plácido, acogedor y artesanalmente muy rico. No puedo. No puedo evitarlo. Mi oro negro me vence. Me rindo. Me apacigua, me sacia, me endulza, me ama y le amo.