Me gusta darle vueltas a las cosas tontas, y mirar los recovecos de mi habitación, porque en ellos me encuentro escondida.
Disfruto oyendo el ruido que hace el cigarrillo cuando aspiro el humo, un cric cric de muerte, porque en mis manos y en mis labios se va muriendo. O el final del incienso humeante…
El sonido del lápiz al rozar la hoja de papel.
¿Qué me decís del tintineo de la cucharilla sobre los dientes? Me gusta también ese ruidito brillante, contra el esmalte de mis dientes.
El dulce. El dulce del terrón de azúcar deshaciéndose en mi lengua. Cuando miro de un lado a otro y nadie me ve, entonces muerdo el terrón y, ummmm, la vida tiene sentido!
Mi madre me trae la leche a la cama, en un ritual majestuoso desde que era pequeñita. Lo único que ha cambiado es el recipiente: del biberón al vaso de cristal. Bebo con ansiedad el tesoro blanco, nocturno, y luego me vuelvo a dormir. Y quisiera que mi madre viviera siempre para traerme siempre la leche a la camita…como una niña que nunca va a dejar de serlo…
Cojo el perfume. Mi perfume. El de siempre. Un orgasmo tras otro cuando lo siento resbalar por el cuello, dejando a su paso un olor gritón. Que no se escape ni una gota.Cuando llego a casa, después del trabajo, repito siempre el mismo ritual. Primero lanzo los zapatos y el bolso por los aires, luego pienso en él y pienso en que me gustaría que él pensase en mí en este mismo instante. Es el puzzle de mis cosas cotidianas.
Bob Marley está sonando en mi habitación, luego le sigue Maga, luego Stereophonics, luego Björk, luego Radiohead, luego Coldplay, luego Nach…
Ahora estoy tumbada boca arriba en mi cama. Entra la luz por la ventana, azul claro. Empezará pronto a oler a verano.
A mi lado en la mesita descansa el “Maestro de Esgrima”, hasta que le lea esta noche y me duerma en sus páginas, deliciosamente, entre las palabras de Arturo Pérez Reverte.
La onza de chocolate.
El sms del amigo. La agenda vacía!!!
El vaso de agua fresca bajo el sol.
La camiseta de tirantes y las chanclas por Ibiza.
El aire peinando mi flequillo tan largoooo.
El gas de la Coca Cola chirriando.
El perro despistado que mira hacia atrás buscando al dueño.
Todo
aquello
tan
pequeño,
que
por
tan
pequeño
importa
de
verdad
...
4 comentarios:
Debe ser el amor o que tu descripción de esas pequeñas cosas fue perfecta, pero tu escrito de hoy me hizo sonreír de felicidad y recuerdos, más allá de muchos lugares a los que ahora me gustaría estar...pues va a ser que el soñador esta empezando a enamorarse...
A Brus parece que no le disgusta la nueva compañía; y eso es muy importante para mi. Un besote de piezas tan pequeñas y bonitas como el que has escrito hoy...ayyy, el amor, qué te voy a contar a ti...
Las cosas pequeñas, los detalles al viento, son esas alegrías cotidianas: un mensaje inesperado, la foto de la amada que llega...
Siempre con Atreyu.
Un saludo.
En lo pequeño está la esencia...
No fumo, ni me gusta que fumen a mi lado, odio el humo. Pero me sigue fascinando ese ruido del papel al quemarse cuando se da una calada.
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