Del demasiado fumar y del poco comer, tienes la cara blanca y seca. Las facciones marcadas.
Es el momento de poner música e intentar tararear algo de MAGA (quisiera escribirte rallando al aire palabras que el viento no te pueda, no te pueda robar…) Darte una motivación. El primer pie que sale de la cama es el derecho, no te confundas. Eres supersticioso. Más vale prevenir. Rueda el cd en tu cadena de música con tapa transparente. Ves los colores. Te quedas anonadado un instante hasta que un ruidito proveniente de la cocina te devuelve a tu mundo cotidiano. ¿El móvil? ¿un mensaje? ¡Ella! No, un plato ha crujido. Se ha movido. Nada más.
Hace calor. Pensamiento rápido. Necesitas saber qué día es y qué has soñado. Soñaste…ejem, te está costando recordarlo. Sí, con una comida en un restaurante con varias personas. No recuerdas con quién. La imagen aparece desdibujada. ¿Qué más? Nada. Lo del restaurante ya es una obsesión, no es la primera vez que lo sueñas en estos últimos días.
Día, día, día, día. Vamos! ¿Qué día es? Agilidad, agilidad, a-gi-li-dad mental. Martes. Ni te cases ni te embarques. ¿Planes? Ninguno. Esperar. Esperar a que llame. Esperar a ver qué dice. Esperar. La primera cita fue bien, pero de eso ya hace una eternidad, parece. ¡Fue el sábado! Y no hay noticias más que un escueto mail en el que decía que lo había pasado estupendamente y te llamaría para repetir.
Crees que no estuvo mal. No hubo silencios incómodos. Acertaste con el restaurante que te recomendó tu mejor amigo. El camarero resultó ser demasiado guapo, pudo ensombrecerte con su tono moreno de piel y sus músculos de gimnasio. Pero ella no pareció fijarse demasiado. Estaba por ti. Escuchaba tus tonterías como pocas. Reía!! Y mientras le hablabas, no te atragantaste como la última vez con tu ex. El boquerón traicionero con el vinagre te jugó entonces una mala pasada.
Piensas en mandarle otro sms. Sería el cuarto en dos días. No. Te haces el fuerte. Ya has hecho bastante. Pensará que eres un psicokiller! No más chistes malos para hacerte el graciosillo.
Volvamos a aquella noche. No le quitaste los ojos de encima, bueno, excepto por aquel ratito en que se fue al lavabo. Ratito no, ratazo, porque al menos se pegó 15 minutos, o eso se te antojó a ti. El retoque de la mujer inquieta, nerviosilla, empolvándose la nariz como en las pelis…volvió a la mesa resplandeciente, con los mofletes vivos.
Ella no es tu ex. No se le parece. No has podido evitar compararles y sale ganando en casi todo. En casi todo, porque no la conoces en la cama. Te dices que eso aún tardará, que parece demasiado remilgada en ese aspecto, frágil como una mariquita, vulnerable. Te sorprende no haber pensando en términos de sexo con ella hasta ahora. ¿Qué te está pasando? Las mariconadas del amor empiezan a pulular por tus sentidos. Os imaginas en posición horizontal como la bella durmiente y tú el príncipe, no como a Silvia Saint y Nacho Vidal. No se lo comentarás a tu mejor amigo, podría creer que has caído. Sois los dos únicos solterones del grupo. Deberías mantener el status, por lo menos a sus ojos.
Pero un día quedaréis, tu amigo y tú, y si ella sigue siendo tan dulzona… él acabará por descubrir en tus ojos que ESTÁS PILLAO! Se acabaron los polvos desabridos, con caras al amanecer que no conoces ni quieres hacerlo. Se acabó la conversación de rigor como billete para la cama, la cena de compromiso por mostrarte menos rudo. Se acabaron las bragas desconocidas pululando por tu habitación a sus anchas. Se acabó el “me voy” de una casa ajena de la que tras ducharte y un “nos vemos”, has salido despavorido. Se acabo, en fin, el follar por follar, por darte un gusto agridulce que provoca desfogue pero también gran vacío. Y empiezan:
Las dudas, las cosquillas en el estómago, los planes, ese suspiro tontorrón que te remueve la cara y te hace una mueca, ese disparo en el pecho al verla llegar, ese teléfono impertinente del que borras los contactos indeseables. Empieza la locura que desconoces y por eso más aún te llama. ¿Quién es ella? La maravillosa sensación de descubrirla cada día. Y llevarte chascos, o no. Y quererla más, o no. Y sentirte completo, o no.
Sea como sea... prepárate: ¡ESTÁS PILLAO!
Pitidito en el móvil. Sms. ¡¡Es ella!! :
Es el momento de poner música e intentar tararear algo de MAGA (quisiera escribirte rallando al aire palabras que el viento no te pueda, no te pueda robar…) Darte una motivación. El primer pie que sale de la cama es el derecho, no te confundas. Eres supersticioso. Más vale prevenir. Rueda el cd en tu cadena de música con tapa transparente. Ves los colores. Te quedas anonadado un instante hasta que un ruidito proveniente de la cocina te devuelve a tu mundo cotidiano. ¿El móvil? ¿un mensaje? ¡Ella! No, un plato ha crujido. Se ha movido. Nada más.
Hace calor. Pensamiento rápido. Necesitas saber qué día es y qué has soñado. Soñaste…ejem, te está costando recordarlo. Sí, con una comida en un restaurante con varias personas. No recuerdas con quién. La imagen aparece desdibujada. ¿Qué más? Nada. Lo del restaurante ya es una obsesión, no es la primera vez que lo sueñas en estos últimos días.
Día, día, día, día. Vamos! ¿Qué día es? Agilidad, agilidad, a-gi-li-dad mental. Martes. Ni te cases ni te embarques. ¿Planes? Ninguno. Esperar. Esperar a que llame. Esperar a ver qué dice. Esperar. La primera cita fue bien, pero de eso ya hace una eternidad, parece. ¡Fue el sábado! Y no hay noticias más que un escueto mail en el que decía que lo había pasado estupendamente y te llamaría para repetir.
Crees que no estuvo mal. No hubo silencios incómodos. Acertaste con el restaurante que te recomendó tu mejor amigo. El camarero resultó ser demasiado guapo, pudo ensombrecerte con su tono moreno de piel y sus músculos de gimnasio. Pero ella no pareció fijarse demasiado. Estaba por ti. Escuchaba tus tonterías como pocas. Reía!! Y mientras le hablabas, no te atragantaste como la última vez con tu ex. El boquerón traicionero con el vinagre te jugó entonces una mala pasada.
Piensas en mandarle otro sms. Sería el cuarto en dos días. No. Te haces el fuerte. Ya has hecho bastante. Pensará que eres un psicokiller! No más chistes malos para hacerte el graciosillo.
Volvamos a aquella noche. No le quitaste los ojos de encima, bueno, excepto por aquel ratito en que se fue al lavabo. Ratito no, ratazo, porque al menos se pegó 15 minutos, o eso se te antojó a ti. El retoque de la mujer inquieta, nerviosilla, empolvándose la nariz como en las pelis…volvió a la mesa resplandeciente, con los mofletes vivos.
Ella no es tu ex. No se le parece. No has podido evitar compararles y sale ganando en casi todo. En casi todo, porque no la conoces en la cama. Te dices que eso aún tardará, que parece demasiado remilgada en ese aspecto, frágil como una mariquita, vulnerable. Te sorprende no haber pensando en términos de sexo con ella hasta ahora. ¿Qué te está pasando? Las mariconadas del amor empiezan a pulular por tus sentidos. Os imaginas en posición horizontal como la bella durmiente y tú el príncipe, no como a Silvia Saint y Nacho Vidal. No se lo comentarás a tu mejor amigo, podría creer que has caído. Sois los dos únicos solterones del grupo. Deberías mantener el status, por lo menos a sus ojos.
Pero un día quedaréis, tu amigo y tú, y si ella sigue siendo tan dulzona… él acabará por descubrir en tus ojos que ESTÁS PILLAO! Se acabaron los polvos desabridos, con caras al amanecer que no conoces ni quieres hacerlo. Se acabó la conversación de rigor como billete para la cama, la cena de compromiso por mostrarte menos rudo. Se acabaron las bragas desconocidas pululando por tu habitación a sus anchas. Se acabó el “me voy” de una casa ajena de la que tras ducharte y un “nos vemos”, has salido despavorido. Se acabo, en fin, el follar por follar, por darte un gusto agridulce que provoca desfogue pero también gran vacío. Y empiezan:
Las dudas, las cosquillas en el estómago, los planes, ese suspiro tontorrón que te remueve la cara y te hace una mueca, ese disparo en el pecho al verla llegar, ese teléfono impertinente del que borras los contactos indeseables. Empieza la locura que desconoces y por eso más aún te llama. ¿Quién es ella? La maravillosa sensación de descubrirla cada día. Y llevarte chascos, o no. Y quererla más, o no. Y sentirte completo, o no.
Sea como sea... prepárate: ¡ESTÁS PILLAO!
Pitidito en el móvil. Sms. ¡¡Es ella!! :
Deja ya d mandarme mensajes. Plasta.
Con la cena tuve bastante. Y gracias x llevarme a ese restaurante. No soporto la nouvelle cuisine, pero el trabajito dl camarero en el lavabo salvó mi noche.
Con la cena tuve bastante. Y gracias x llevarme a ese restaurante. No soporto la nouvelle cuisine, pero el trabajito dl camarero en el lavabo salvó mi noche.
La mariquita de tu vida, ha resultado ser un cuervo!!
12 comentarios:
que final tan cruel!! yo ya los estaba viendo comiendo perdices!! soy un ingenuo de la vida...
Hola, Pame. Soy el Karba. Me ha encantado, me he reído un montón, y me ha parecido que estaba muy bien escrito. Tenía ritmo, transmitía, y el final me ha parecido muy divertido. Te enlazaré en mi blog: http://paranacerhenacido.blogspot.com.
Hasta pronto
ATON: ufff, si la verdad es que se me ha ido un poco la olla. Quería salirme un poco de la típica pareja que son felices y comen perdices, como dices tú, jejejeje. Gracias por pasarte por aquí!
KARBA: Eyyy!!! yo tb te voy a enlazar, tio!!!! qué ilu me ha hecho!! por cierto, me tienes que contar porque el otro día te vi de lejos acompañaaaadooooo. jijijijijij
Besitos, guapo!!nos leemos!!
Buenísimo Pam, me encanta esas idas de olla tan auténticas que tienes. Lo mejor de todo es eso, divertirse con las locuras que se nos pasan por la cabeza. Besotes solete
Jajajajaja me encantó!! y qué final!! puñetera...
Besosssssssssss de casi viernes!
Gracias Sam, no sé por qué me daba a mí opr pensar después de escribirlo: "esto es del palo del Soñador, una ida de olla de vez en cuando no va mal".
Besitos y huesitos para Brus.
MARGA: pero qué malísssssiiisiiiima soy!! besitos mirando hacia el fin de semana, of course!!
Pues sí, a mí también me recordó al Soñador, ¡ja,ja!
Me estaba poniendo tierna y romanticona leyendo y paff. Menudo final. Como me pase alguna vez algo así le mato, aunque sea por sms ¬¬
¡Qué poca delicadeza! Y que poco conocimiento de las mujeres. Ese volvió a la mesa resplandeciente... No me extraña jaja
Xnem: No se lo digas a Javi...
Jajajajajajjaa, muy bueno, XNEM!! La chica del cigarro....ummm, me lo guardo pa mí!!! jijijijijiji
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