Tenemos chica nueva en la oficiiiiiiinaaaaa (ficción, of course)

Viene a este despacho, con esta plasta de gentuza, siempre hablando de lo mismo. Ellos de fútbol, ellas de ellos. Todos criticando, rindiendo vasallaje a lo absurdo. Pasando las horas muertas, cuando el jefe no les ve, entre el solitario y los mails. Nadie quiso nunca este trabajo. No existe vocación alguna aquí más que el cigarro a media mañana y el café con sabor eléctrico de la máquina. Aquí nadie se mueve para nada extra. Lo justito y pa casa, plegar pronto y mañana será otro día.
Pero entonces ella llega con esa pose tan suya. Desde mi ángulo la veo espectacular. Tan preciosa. Por fuerza he de pasar por su lado, sonreír a la nueva recepcionista. Todos por aquí han cambiado. Ellos. En el sentido de que estamos más alegres y hay un nuevo incentivo en el trabajo.
De repente, hasta el conserje se convierte en metrosexual y sonríe los lunes. Nuestras poses varían al verla entrar, se nos pinta una sonrisa de imbecilidad y ella es tan educada que nos ríe las gracias.
Se nota que las visitas también reaccionan de otro modo. Antes, les recibía Adela, la secretaria eterna, muy maja ella, pero con mucho menos sex appeal…y con las piernas raramente depiladas. Ahora a ésta se le ha ido la mano, ralla el aspecto de una puta.
Ha llegado una monstrua de 1,85, con piernas sin fin, con labios gruesos, melena rubia al viento y escote de órdago.
Es muy típico, lo sé, pero así ha sido. Se ha presentado un ángel (del infierno) en la oficina y se ha declarado la revolución oficial de nuestras hormonas machos.
Hubo cena de Navidad coincidiendo con su llegada. Se hicieron fotos a mansalva que luego se colgaron en la web de la empresa. En más de la mitad aparecía Toni (curiosamente el único que tiene novia ahora mismo) posando con ella como si la niña fuera un trofeo.
Parece que está harta. Se le nota. Tanto baboso. Ella camina con cuidado para no resbalarse con el reguero de babas que dejamos nosotros, cromañones, al verla llegar con esos modelitos. Es que ella es muy femenina. Le gusta la moda. Ha posado para pintores y un día desfiló en El Corte Inglés de su pueblo, jojojojojojojo.
Ya se ha liao! Claro. El sector femenino está que arde. La que era la más mona antes, ahora está que trina porque el interés del personal se ha desviado hacia otro sector. Se le nota. Nos han traído una miss, que da una imagen impresionante a la empresa, y que deja a las otras, estéticamente, a la altura del betún.
De las demás, ahora se dice que son “simpáticas”, el peor eufemismo que jamás pudiera utilizarse, el más dañino, el que te dice fea con corrección política.
Aunque hemos cruzado pocas palabras, ya se ve que ella es de sonrisa fácil. Al menos, quiere resultar agradable en estos primeros días. Yo la miro de reojo, que no se me note. Que no me gustan las creídas, aunque si tiene espejo ya debe haber visto que lo suyo no es normal. Si además no vocaliza como Rajoy… esta chica es, como diría una amiga mía de Matadepera, “un buen partido”!

Tan jovencita, pero de inocente no tendrá nada. Que cuando mueve las caderas se le presupone de todo menos inocencia. Los escotes están muy bien pensados porque al jefe lo tiene mareao y no se fija en su impuntualidad. A veces dice que había mucha gente en la pastelería y se presenta con pastitas para todos.

A mí me da en la naríz que se cumplirá lo de siempre. Que está que te mueres de buena, pero que su tarro suena hueco. Cada uno explota sus propias cualidades... A mí no me van a ver contoneando el culo. El grado de patetismo podría ser brutal!! Jojojojojo.