K R A F T W E R K

Fue mi mejor amigo, Javi, quien, un día, sin venir a cuento, me habló por primera vez de Kraftwerk, en alemán, central de la energía. De ellos me explicó su procedencia, la Alemania-cuna de muchas vanguardias, su estilo musical y me habló de una de las canciones más famosas del grupo: The Model. Ya la había escuchado. Sonaba fantástica. Un rollo electrónico tan sobado y copiado hasta la eternidad hoy…
Los protagonistas de esta historia son alemanes: Ralf Hütter, Florian Schneider, Wolfgang Flür y Karl Bartos. Sus caras les delatan. Alemania pura.

Su trabajo: música techno y electrónica. Antagonistas en el uso de instrumentos electrónicos y voces sintetizadas, fueron experimentadores, como, a su manera, ya lo fue la Eletric Light Orquestra (salvando las distancias, of course).
Los primeros discos se situaron precisamente en esa experimentación y fue en 1974 cuando les llegó la fama, con Autobahn y su tema de 22 minutos, que fue un éxito en todo el mundo y demostró su creciente confianza con los sintetizadores. Con los años, el estudio de estos muchachos, se transformó en una especie de laboratorio de elite lleno de prototipos de modelos desarrollados por diversas compañías y aparatos altamente complejos construídos por encargo.

Siguieron tres álbumes con los que llegó la consagración: Radioactivity (1975), Trans-Europe Express (1977) y The Man Machine (1978).

Son músicos, constructores de sus propios instrumentos con generadores, osciladores. Son actores, impresionistas, hacen uso de robots musicales. No sólo los sonidos eran totalmente innovadores, acompañaba a la música una estética sobre el escenario totalmente deshumanizada, robótica, una visión futurista más cercana a Metrópolis (el film magistral del director alemán Fritz Lanz) que a La Guerra de las Galaxias. Puede sonar mal pero el proceso de producción musical es un proceso de producción industrial para ellos.

Los contenidos de sus letras son muy simples, al más puro estilo urbanita: mensajes de industrialización y modernismo, de avance hacia un futuro a partir del nazismo. Su idea base era convertir al grupo en una estación de radio que emitía mensajes para todo el mundo. Mensajes sencillos, que cualquiera podía hacer suyos. Espectaculares hombres máquina. Sus sonidos sirvieron de inspiración a bandas como Depeche Mode, Orbital... han servido de musa a músicos y agrupaciones de distintas tendencias como Bowie, Pet Shop Boys, Cabaret Voltaire, Human League, OMD y un sinfín de artistas.

Pasaron casi tres décadas y Kraftwerk, lejos de transformarse en el recuerdo de una de las bandas más influyentes desde los Beatles y los Stones, amenaza con seguir haciendo cantar a las autopistas, al ferrocarril y a las computadoras.

El obsequio del día de hoy es uno de sus temazos: The robots. Una síntesis de todo lo dicho. Que aproveche.