¡Mi cocina!

Ya casi me he recuperao del susto que me acabo de pegar. Sola en casa, con la música alta y de repente veo un resplandor en la cocina. Recuerdo que me he dejado algo encendido en el fuego, algo que ahora está calcinado. Y una llamarada que sube y sube, de color anaranjado. No entiendo cómo no me he dado cuenta antes de la bruma que ya había ocupado toda la casa.
En mitad de la niebla de Londres compruebo aconojada la mini hoguera de San Juan que se ha montado en la cocina. Un pestazo tremendo y miro alrededor. Lo primero que se me ocurre, imbécil!, es poner el extractor, sin haber apagado aún el foco de fuego!! Reacciono tras el momento frikie y por un segundo se me ocurre que quizá alguien pudiera estar viéndome haciendo el ridículo así, petrificada delante de una hoguera en mi propia cocina, en pijama y poniendo el extractor. Entonces me lanzo a por un paño y lo lanzo encima del cazo. El fuego se ahoga, como pasa en las pelis, y la campana extractora se ha vuelto de un gris feo feo. Abro las ventanas del comedor y empiezo a notar la niebla de mi casa, un picor intenso en la garganta, ganas de toser constantemente y el inicio del dolor de cabeza. Deja de salir humo, me vuelvo a la habitación y necesito escribir aquí mi estupidez mientras hay corriente en el piso, todas las ventanas abiertas, un picor hora también en la nariz, un olor desagradable y la claridad que empieza a volver.
Entonces me imagino la cara de mi madre si hubiera presenciado el momento. Los sapos y culebras saliendo de su boca, poniéndome verde por el desastre que a veces soy. Y Javi llevándose las manos a la cabeza… (esta niña…la música e Internet…tanto vicio junto la despista).
Mi cocina, hace un rato, era así… Ahora me va a tocar limpiar.