Cuando alguien a quien no conoces, un día te dice que sufre, que eso o eso le molesta, que aquello le pone de los nervios o que lo otro le hace desesperar (y todos esos “esos” coinciden con los tuyos) entonces te das cuenta de que al final va a resultar que formamos o podríamos formar un equipo todos, porque nos une más de lo que nos separa.
A la hora de dormir, muchos rumiamos, le damos vueltas al coco. Las tardes domingueras nos sobran en la semana... Estamos en el mismo lado. A este lado de la vida. Somos diferentes pero todos iguales.
7 comentarios:
muy cierto, subjetivarse, encontrar la palabra en un otro...
Si, en el fondo, todos somos más o menos parecidos. Lo que tendríamos que hacer es hablar más. Y las diferencias se convertirían en coincidencias y ya no habría peleas, ni guerras absurdas, ni nada.
Ni que lo digas...
Un saludo...
Vaya precisamente anoche -noche de insomnio con luna grandota entrando por la ventana- leía un libro cuyo tema es ese; EL OTRO, el doble, el otro yo.
Te lo recomiendo, es muy cortito se llama "El copartícipe secreto" y es de Joseph Conrad, no escribía mal el señor.
REAÑO: enconrtrar nuestro discurso en otros el una experiencia muy gratificante. Saludos!
ANA, ya te digo. Buscar lo común, es lo importante.
Yeyo, gracias!!
Xnem: Pues me lo apunto.
Personalmente encuentro más interesante encontrar las diferencias en el otro, es mucho más enriquecedor, emocionante, divertido,... Llenarse de complicidad y quedarse ahí es demasiado conformista, no?
Anónimo: según como lo miras es cierto, pero qué bien también encontrar el punto de unión... lo que nos hace semejantes.
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