11 agosto 2008

Reiniciar_

Barcelona me vuelve a presumir de temperaturas bajas y cielo gris. Cada retorno a la ciudad es eterno. El primer día de vuelta siempre me hace un guiño de mala baba y se pone grisáceo para recordarme la cercanía de la vuelta al trabajo. Sin embargo, el moreno de mi piel le levanta la voz y le recuerda que aún quedan jornadas playeras y siestas.
Me pongo en orden deshaciendo la maleta y organizando mis objetos, mi correo y esas cosas que hablan de mí en esta habitación. De nuevo. La de siempre. Y fumo más y más y el remo de mis primeras incursiones en el yoga no ayuda.
Mi periplo vacacional me ha robado la soledad y la vuelta a la city me la devuelve, invariablemente. Aquí renace el anonimato y resucitan las maldiciones. Emprendo de nuevo la lucha por no anclarme en lo de siempre. Pero el cenicero siempre está repleto de los signos nicotinados de mi debilidad.
Recurro a mis terapias: la música, la adquisición de un nuevo libro que me evada, el intento por rebajar mis hambres y el pensamiento positivo impuesto a trompicones. El Paseo de Gracia me ha devuelto a Barcelona en mitad de la masa del turismo. Los títulos de La Casa de Libro me han mareado y he acabado optando por el que ya pensaba: “Las Venas Abiertas de América Latina” de Galeano.
Me he levantado temprano para sacar la moto y pasear de nuevo por el centro. Pese a las nubes, el bochorno es insoportable. Anoche no podía dormir y recurrí de nuevo a las pastillas.
Tengo varios planes para esta semana. Sin embargo, no puedo evitar seguir notando dentro una tristeza que sólo se ha borrado algunas décimas de segundo en Andalucía, junto a mis sobrinos.
Empiezo este retorno con el regreso a la ciudad. Pero necesito remontarme a estos días pasados en tierras del sur y hacer algunas reflexiones que irán más allá de las vivencias. He pasado esos días en Espartinas, Sevilla y Guadix junto a mi hermana, mi cuñada, mi hermano y mis cinco sobrinos.
Lo intento, de verdad. Pero aún no consigo sentirme bien del todo. Sólo rescato pequeños instantes de normalidad y descanso. La dureza del reinicio en soltería. La falta de la mano del amado, su apoyo, su amor, su incondicionalidad. No sé cómo se vive así, no lo recuerdo, por eso he de aprender de nuevo.
Necesito de nuevo el paracaídas del amigo que me libere, las risas que borran los temores y algo que elimine los errores y los recuerdos tan cercanos. Volver a sentirme en mi hogar y no temer. Sobretodo, dejar de sentir miedo.
Reiniciar, ahora sola.
Reiniciar - Los Piratas

7 comentarios:

xnem dijo...

ei piratilla!
¿cómo va?
de nuevo en casa? ya irá contando.

xnem dijo...

Siga con el yoga -NO lo deje- en breve le hará mucho bien.

Animo! Y bona lluna.

Pam dijo...

X, en casa de nuevo. Aprendiendo, como siempre.
Muchos besos!

xnem dijo...

Y gracias por estar ahí.

¿le llegaron unas fotos?

Pam dijo...

X, pues no. No he recibido nada. Por mail? Mi dirección postal nueva no la tienes.

xnem dijo...

si por mail.

amelche dijo...

Ánimo, hemos comenzado de nuevo mil veces. Así que, adelante.