22 febrero 2006


Quiero subir a la montaña y no ver pisos a lo lejos. A un mirador, para ver sólo verde. Y que las plantas se muevan con el aire. Que haya musgo en las esquinas...
Y sentarme despreocupada de todo, si lo deseo, a ver cómo crecen las flores. Que al menos ahora, nadie precisa de mí y estoy mirando al cielo y no suena el esclavismo de los tubos de escape. Que si quiero, ya volveré a meterme la dosis de urbanismo por la vena, pero no ahora.
Ahora...hay una conjunción de elementos dispuestos por la naturaleza para mi disfrute. Para meterme en sus vidas a la intempérie, siempre tan naturales. Siempre vulnerables al arranque de rabia del estúpido. Y quedarme aquí, si me dejan, aunque saben que no soy de los suyos. Pero estoy de su lado.




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