31 mayo 2006

La hoja en blanco

No puedo salir de mí. Lo que escribo se impregna de mí, inevitablemente. Soy yo quien escribe. No puedo alejarme de mis escritos, aparezco camuflada en las palabras. Estoy detrás.
Nunca he creído en la objetividad. En periodismo estudiamos que no existe. Que todos somos sujetos y como tales, las noticias siempre están escritas por personas que dejan su yo tras ellas, de una forma u otra. La objetividad no existe porque tras el escrito hay un sujeto. Un ser que piensa, razona más o menos, siente.
Intento escribir alejándome de mí misma, no participar. Pero es imposible. Tras mis letras estoy yo, inevitablemente. Soy yo quien las deja aquí, con mejor o peor resultado, es igual. Escribo, en primer lugar, por propia satisfacción, por necesidad vital, como el respirar. No es sólo una terapia, es mi VIDA. Escribir me hace sentir libre y llena de vitalidad. La hoja en blanco siempre a punto para que yo vomite mejor o peor lo que pienso, lo que siento, lo que desearía que fuese el mundo, lo que es en realidad, para mí.
Escribo desde mí misma, con las tripas, a veces con el seso, con el corazón cuando hablo de mi pareja. Pero escribo. Escribo a lo que salga, no por recibir alagos ni críticas. Escribo porque me siento tan viva que no hay dentro ni fuera de mí sensación superior que la que alcanzo a través de las letras. Escribo desde que tengo uso de razón. Desde los garabatos de principiante, los mensajes en alguna pared, los cuentos de niña, el diario adolescente, los trabajos de la escuela, los proyectos de la universidad, el libro que nunca acabo, los informes del trabajo. Escribo en mi mente antes de dormir, me levanto y anoto lo que se me ha ocurrido en un momento fortuito. Escribo cartas, mails a amigos. Escribo porque no me bastan las palabras dichas a viva voz y los gestos. Porque me hierve en la sangre la inquietud y he de avocarla en un papel. Inquietud personal, vital, también sobre el mundo y sus avatares.
Dejaré de escribir un día en que me lo impidan mis facultades físicas y/o psíquicas. Dejaré de escribir cuando muera.
Escribo porque he alcanzado un modo de ver el mundo a través de la escritura, de interpretarlo, de padecerlo y de idealizarlo. Porque se me mueven bichitos mágicos en el estómago que me empujan a la libreta o al ordenador. Escribo porque desde enanita me atrapó un duende que en forma de letras se coló dentro de mí. La pasión de mi vida. Mi amor. La hoja en blanco.

9 comentarios:

amelche dijo...

Y hay gente que no lo comprende. Hay amigos/as que me han criticado por escribir en vez de decir las cosas, sin entender cuando se lo explicaba que, para mí, es más fácil escribir que hablar. Y que cuando escribo soy más yo que nunca.

Javier dijo...

Bueno... pues yo me alegro que sea así como escribes. Enhorabuena.

bsss

if dijo...

Siempre se me dió mejor escribir que hablar. Y siempre he escrito.
Empecé de niña con el típico diario cutre y ya no he parado.
Lo malo es que escribo mejor cuando estoy triste. Cuando estoy contenta se van las musas. Asíq ue cuando sea fiz tendré que cerrar el blog.

Pam dijo...

AMELCHE: es cierto, eso pasa. A veces hay quien no entiende esa facilidad para decirlo antes todo por escrito que por palabra.
JAVIER: gracias!! (este chico nunca falla, cuando tiene un ratito, se pasa por Can Atreyu, jejejeje)
IF: yo desearía que pudieras hacer ambas cosas con soltura: ser feliz y escribir bien a la vez. Aunque no me creo eso de que cuando estas feliz pierdes musas. Deberías tener muchas más!!!

Anónimo dijo...

siempre hablé poco, y tampoco escribo demasiado, aunque prefiera las letras a las palabras.
un saludo.

Javier dijo...

Enfins... a partir de ahora me haré de rogar

ciao bsss

Reaño dijo...

Eres tus palabras, vida que desde que somos sujetos, están enredadas por lenguaje y grafías... pero, que la luz de tus palabras sea siempre el anuncio de tu intuición.
Un beso!

Enrique Ortiz dijo...

Qué maravilla de post

Sergi Carballo dijo...

Pues no sabía que tenías un blog, que si no ya lo hubiera visitado antes. Me encanta que escribas, que te dejes ir sobre el papel, que tengas un rinconcito lleno de letras dónde nadie ni nada te impida ser tú misma. No sabía que tenías un libro a medio empezar, pero me parece algo estupendo. Yo tengo planeado quedarme todo este julio en casa escribiendo la que espero que sea mi primera novela. Ya te pasaré algún fragmento para que lo leas, que ya llevo casi cuarenta páginas y me gustaría la opinión de alguien.
Hasta luego