Mi sobrina Yanira

Mi sobrina Yanira completa los cinco sobrinos que tengo. Ella es hija de mi hermana, tiene 9 años, es la peque.
Ayer me dijo: “no has escrito de mí en el blog”. Hoy tocaba referirme a ella.
Todos mis sobrinos, a su manera, tienen ciertas maneras artísticas. Ella es una gran aficionada al dibujo, sobretodo Manga. Pero también nos sorprende haciendo ropitas para muñecas o decorando platitos y tazas. Le he pedido que me haga algo, alguna figura para decorar el piso. Tengo un dibujo suyo colgado aquí mismo, en el despacho de mi casa. Es una chica con ojos grandes, de estilo japonés, y unas estrellas decorando su pelo.
Mi sobrina Yanira es preciosa. Tiene el pelo rizado, con ondulaciones maravillosas. Tiene la piel blanca y los ojos de mirada triste. Una boca de flor y las manos pequeñitas, en las que se adivina una mala costumbre: se muerde las uñas como su tía.
Tiene el cuerpo delgadito, no come demasiado. Baila con su prima Yaiza y con ella se lo pasa muy bien. Es un compañía perfecta.
Yanira habla poco, pero a veces suelta cada sentencia! Nos deja a todos alucinados. Es una niña muy despierta.
Se coloca frente al ordenador y se dedica a jugar a juegos didácticos ella sola.
Tiene una gran necesidad de su madre, siempre a su lado, es muy madrera. Su padre la llama por todos los apelativos posibles de pastelería: bollito, bomboncito, caramelito, cruasancito, dulce…Y ella se pone muy ancha.
Ahora ya empieza a gustarle presumir. Ella misma quiere elegir su ropa y cuando sus padres le compran algo nuevo, se lo enseña a todos.
Ayer me enseñó una estrella de mar que había hecho, de masa, decorándola con una pasta de colores. Es zalamera, y cariñosa.
A veces se pelea con sus hermanos Yeray y Cristian y le da por chillar. Generalmente, se mete en su cuarto y ella misma inventa sus juegos con muñecas. Su espacio es de colores, con un montón de muñecas.
Es buena, aunque a veces le va la marcha y le da por juguetear con sus hermanos y chincharles.
Es preciosa, un juguetito, una muñequita que poco a poco se va haciendo mujer. Que no crezca! Que siga siendo siempre una niña, tal como es.
Que todos disfrutemos todavía más tiempo de su inocencia y su ingenuidad.
Te quiero mucho, Yani.

Con ella, como digo, se completa la presentación de mis cinco sobrinos. Soy una grandísima afortunada.