25 agosto 2008

La Giralda_

La Giralda de Sevilla. Altiva. Tan firme. Desafiante. ¿Simplemente el campanario de la Catedral?¿El alminar de la antigua mezquita?
La que espera. La que da la bienvenida. La que se recorta en el perfil de la ciudad, baja la vista y te descubre. Iluminada con y sin luz artificial. Patrimonio de la Humanidad desde 1987. Con el Giraldillo en la cúspide, estatua veleta de bronce (simboliza la Victoria de la Fe cristiana), en su momento la más alta del Renacimiento y del mundo.
Según la leyenda, los almohades le tenían tanto cariño que preferían derribarla antes de permitir que los cristianos se apoderaran de ella.

Siempre la he observado como un hombre observa a una mujer, dejándose seducir. Entonces descubro con una sonrisa que el monumento representa una mujer con túnica.

Un mosaico de culturas. Mestizaje.
Este verano he tenido la ocasión de volver a verla y no pasa el tiempo por ella.




GIRALDA
Giralda en prisma puro de Sevilla,
nivelada del plomo y de la estrella,
molde en engaste azul, torre sin mella,
palma de arquitectura sin semilla.
Si su espejo la brisa enfrente brilla,
no te contemples —ay, Narcisa—, en ella,
que no se mude esa tu piel doncella,
toda naranja al sol que se te humilla.
Al contraluz de luna limonera,
tu arista es el bisel, hoja barbera
que su más bella vertical depura.
Resbala el tacto su caricia vana.
Yo mudéjar te quiero y no cristiana.
Volumen nada más: base y altura.

Gerardo Diego









4 comentarios:

amelche dijo...

No conocía ese poema de Gerardo Diego, muy interesante. Hay tantos rincones bellos en España...

Pam dijo...

Sevilla, Ana, si no la conoces, es uno de ellos. Sus noches huelen a jazmín en el barrio de Santa Cruz.

amelche dijo...

Estuve en Sevilla hace unos años, pero sólo dos o tres días y el hotel estaba en las afueras (era un viaje organizado). Sin embargo, me gustaron más Granada y Córdoba que Sevilla.

xnem dijo...

Andá! me falta Sevilla!, no he estado aún, a ver si lo remediamos.