27 junio 2008

Resumen de unos dias de estrés y el puto Hotel Juan Carlos I _

Estos días ando muy ajetreada, por eso no he actualizado.
De todo lo que ha sucedido, me quedo con varias cosas. Las buenas.
El pase a la final de la Selección Española, como buena futbolera. He disfrutado mucho con esos partidos y esos goles, casi tanto como con el Real Madrid. No sé si ganaremos, pero el disfrute ya me lo he llevao.
En estos días también he conocido a la novia de mi sobrino y es una chica estupenda. Ha sido otra alegría importante porque se lo merece. Además, ha aprobado la selectividad y con muy buena nota. Seguramente podrá acceder a la carrera de Veterinaria y si no, le queda Biología que también le gusta.
El nuevo disco de Coldplay. Fascinante. No me han defraudado. Una de las joyas, Lost!, un temazo que no deja de sonar en mi casa. Tengo que comprar entradas para el concierto de septiembre. Imagino que aún quedarán…
He adelgazado un poco. Algo bueno tenía que tener tanta ansiedad y tanto estrés.
En el trabajo, una locura. Reuniones día sí y día también. Clientes pesados, exigentes, pero me lo empiezo a tomar mejor y la chica nueva me echa un buen cable.
Y por otro lado, quería comentar mi experiencia de esta mañana. No es positiva ni negativa. Es una experiencia más. Por motivos de trabajo he estado toda la mañana en el Hotel Juan Carlos I. Ya sabéis, 5 estrellas Gran Lujo. De los pocos en España que ostentan esa categoría. He visto poco, es cierto, pero me ha impactado el sitio. A las ocho ya estaba allí. En Barcelona llovía mucho, he llegado en taxi y un botones me ha conducido con su paraguas a la puerta. Sigo sin acostumbrarme a estas cosas. El lujo. El peloteo. La hipocresía. Los hombres de negro que manejan nuestras vidas entre burlas que algún día pagarán. Y mucho más caras que mi café de 4,50 €. Cómo me he reído entre dientes. De todo, de ellos. Pagaba con mi billete de 20 y me reía. Una subnormalidad. Un café diminuto. Nada especial. Rodeada de muebles caros y ostentación casi hortera. Reparo en un folleto titulado: “Actividades de Ocio y Deporte”, con una bonita foto de una pelota de golf. Leo: “Deportes de Aventura”: Excursiones a caballo. Vela y Cruceros de un día. Conducción de Coches Deportivos. Excursiones en Avioneta o Helicóptero. Me río de nuevo. La felicidad a golpe de talonario. Esos hombres de negro y sus tribulaciones. Esos apretones de manos. El intercambio de esas tarjetitas que tanto les gusta coleccionar. Los contactos.
Lo llamaría ficción, burla, mentira, si no fuera porque al final esos deciden por nosotros y vacían nuestros bolsillos para poder pagar cafés de casi mil pesetas y excursiones en velero.
Después de todo eso: la realidad. La mía. El sudor para llegar a fin de mes. La voluntad eterna del ahorro. El trabajo mal remunerado. La sonrisa del jefe. Pero es como ellos.
Somos el puto proletariado, cojones. Al fin y al cabo, los que levantamos realmente un país que, a día de hoy, la única ilusión que nos ofrece es también ficticia: llegar a la final de la Eurocopa. Y todos tan contentos.
Me cago en sus caras de hijos de puta con traje, colonia cara y mueca vomitiva. La mirada de autosuficiencia, por encima del hombro. Y al final no son capaces ni de lavarse sus propios calzoncillos, ni limpiarse bien la mierda que despiden. Tan olorosa como la nuestra, pero mucho más indigna.





3 comentarios:

amelche dijo...

Me alegro de que tu sobrino haya aprobado. En cuanto a lo demás, te digo lo del poema de Miguel Hernández:

http://www.poesia-inter.net/mh36050.htm

if dijo...

¿Y cómo se lucha contra ellos? Tienen la sartén por el mango y se dedican a darnos vueltas como a una tortilla. Ahora subo el precio de los pisos, ahora el del petroleo, ahora el de los cereales.

Y joder con el café, vaya robo.

Pam dijo...

ANA, gracias por tus palabras.
Muy bueno el poema.
If, la cara que se me quedó a mí con el café..